A San José

¡Oh, Jesús, mío! Ya dice la gente,
en tu Santa Iglesia, la tradición, 
la primer mujer que te contempló 
luego de vencer a la misma muerte

Fue tu Santa Madre quien pudo verte. 
Y a mí, Señor, me mata la cuestión,
si, cuando llegaste a obscura región, 
que la primer alma en reconocerte, 

De los difuntos que allí te esperaban, 
el primero en abrazarte y alegrarse, 
mientras, triste, en el lugar caminaba, 

Y al mismo tiempo, al verte, llorase
fuese aquel José, que en vida te amaba
y que esperaba poder encontrarte.

~Hans Speer 

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