Corazón herido
¿A dónde van los corazones rotos?
¿Cómo se les curan sus heridas?
¿Qué se hace cuando el hastío llega?
¿Quién enjuga y seca sus lágrimas?
¿Quién cierra sus llagas sanguinolentas?
¿A dónde acudo para recibir alivio,
Para poder sacarte de mi mente,
olvidar la felicidad que te llevaste,
para sacar la tristeza que me dejaste,
y poder seguir mi camino, como antes?
Parece que Dios de mí se olvidó,
que la Virgen me dejó de su favor,
que mi ángel, cansado, me abandonó,
que los Santos han ignorado mi petición
y, ahora, sólo y cansado, me hundo en dolor.
Si hubiese sido como aquellos brutos,
que solo se burlaron de ti y te usaron,
que solo tristeza y dolor te dejaron,
que te quitaron la sonrisa de tu boca,
y que nublaron tus ojos claros.
Si hubiese roto tus esperanzas y sueños,
si no te hubiese amado con ahínco,
si me hubiese olvidado de tus besos
buscando el deseo de otra boca,
si te hubiera herido, como tú me lo has hecho.
Las cosas serían distintas,
tal vez tú me buscases,
tal vez tú me llorases,
y yo estaría tranquilo,
sabiendo que estarías ahí, de nuevo,
para mí.
~Hans Speer
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